Edad de Bronce
En el actual término municipal de Monforte, existen tres yacimientos del segundo milenio antes de nuestra Era, pertenecientes a la cultura de la Edad del Bronce: el Azud, La Loma Redonda y La Pedrera, también llamada Portichol. De todos ellos, La Loma Redonda aporta un mayor volumen de información gracias a las excavaciones arqueológicas y estudios realizados durante los años ochenta y noventa, siendo uno de los mejor conocidos del Alto y Medio Vinalopó. El poblado se extiende por la parte superior de este cerro integrado en el conjunto de estribaciones meridionales de la Sierra del Cid.
En el poblado, se han documentado diversas viviendas de planta rectangular, fabricadas con muros de piedra. Por sus especiales características orográficas, se explanó la parte superior del cerro con el fin de crear plataformas sobre las que levantar las viviendas. Se reconocen tres terrazas artificiales en total. Una muralla, de bloques de piedra trabadas en seco, delimita el espacio habitado.
La agricultura intensiva, de base cerealista, es crucial en el poblado, permitiendo el uso del arado de tracción animal y con ello, una mayor expansión de los cultivos. Es el momento de introducción del regadío planificado en Monforte. La abundancia de restos carpológicos de semillas carbonizadas de cebada y trigo, de las habas, del lino y de fibras vegetales como la de los juncos, apoyan este tipo de economía y una producción relacionada con las actividades textiles. Los estudios de la fauna recuperada revelan un predominio de las ovejas y las cabras sobre los cerdos, especie ésta recicladora de desechos y frecuentadora de los rastrojos de cereal. La fauna silvestre sólo está representada por el conejo.